El cambio climático nos lleva de forma aterradora a la sexta extinción
Los efectos visibles del cambio climático se han intensificado durante los últimos años, los más cálidos desde que hay registros, y en los que se ha observado cómo la subida del nivel del mar se acelera, el deshielo de los glaciares europeos bate récords y los fenómenos meteorológicos extremos provocan graves daños. El cambio climático ha dejado de ser un problema de las futuras generaciones. Ya es cosa del presente.
La desaparición de ciudades por el aumento del nivel del mar a causa del deshielo de los polos, los grandes éxodos de refugiados climáticos, el incremento de ciclones, huracanes e inundaciones, la aparición de nuevas enfermedades y la extinción de muchas especies podrían estar más cerca de lo que se creía. Estamos sorprendidos porque la virulencia del cambio climático está siendo muy grande.
Las olas de calor, las sequías, las inundaciones y las tormentas aumentan el número de casos, hacen que las enfermedades sean más graves y dificultan la capacidad de las personas para hacerles frente.
Cruzar importantes líneas rojas del calentamiento global como el deshielo de Groenlandia, la pérdida del permafrost boreal y la desaparición masiva de los arrecifes de coral tropicales tendrá graves consecuencias para nuestro planeta.
La circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) es un complejo sistema de corrientes oceánicas que transportan agua caliente desde los trópicos hacia el norte. Su colapso podría suceder potencialmente en cualquier momento a partir de 2025.
El AMOC es un subsistema capaz de cambiar a un estado irreversible, por lo que conforma uno de los elementos de inflexión más importantes en el clima de la Tierra. Su posible colapso es motivo de gran preocupación, ya que tendría graves repercusiones en el ecosistema del Atlántico norte y, por extensión, en todo el planeta.
Aunque no lo parezca, nuestra Tierra se ha extinguido ya cinco veces: ha sido asada, congelada, envenenada, asfixiada y apedreada por asteroides. La ciencia sugiere que el cambio climático jugó un papel crucial en las catástrofes más extremas de la historia del planeta. Los cambios climáticos del siglo XXI muestran patrones análogos a los de esas cinco extinciones.
Estamos en medio de un nuevo evento de extinción: la sexta extinción masiva en la tierra y esta vez causada por el hombre. Todas las especies se extinguen tarde o temprano, pero nosotros hemos acelerado ese proceso natural varios cientos de veces y ahora está ocurriendo delante de nuestros ojos. La extinción tiene una finalidad aterradora.
Nos hemos acostumbrado a ver pocos insectos en la ciudad e incluso en el campo. El fenómeno es el síntoma de un proceso muchísimo más vasto. El repliegue y la desaparición de especies es una realidad en todo el planeta. Si se combina con el cambio climático, las consecuencias para la alimentación humana y el equilibrio del ecosistema son bastante preocupantes.
A diferencia de los eventos anteriores de extinción causados por fenómenos naturales, la sexta extinción masiva está impulsada por la actividad humana, principalmente debido (aunque no limitada) al insostenible uso de la tierra, el uso del agua y la energía, y el cambio climático.
La crisis climática está ocasionando desde sequías más severas hasta tormentas más intensas y frecuentes. También empeora los retos asociados con la producción de alimentos que estresan a las especies y genera las condiciones que hacen que sus hábitats sean inhóspitos.
El aumento de las sequías y las inundaciones ha hecho que sea más difícil mantener los cultivos y producir suficientes alimentos en algunas regiones. Las delicadas relaciones que existen entre el sistema alimentario, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo una enorme presión sobre nuestro planeta.
Unos 65 millones de años después de la última extinción masiva, que marcó el fin de los dinosaurios en el planeta, los científicos advierten de que estamos en los primeros estertores de otra aniquilación de este tipo. A diferencia de otras, esta sexta extinción masiva –o extinción del Antropoceno– es la única causada por el ser humano, y en ella intervienen el cambio climático, la destrucción del hábitat, la contaminación y la agricultura industrial.
En las extinciones masivas, al menos tres cuartas partes de las especies dejan de existir en unos 3 millones de años. Algunos científicos creen que, al ritmo actual, podríamos estar en camino de perder ese número en unos pocos siglos.
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